Todo un gran éxito obtuvo la Novena edición del Festival Tetabiakte en nuestra ciudad para celebrar el 85 Aniversario de la fundación del Municipio de Cajeme en territorio de la tribu Yaqui y de la antigua Municipalidad de Cócorit, decretada desde los tiempos de la Sonora liberal, laica y republicana.
En el año 2003, lo que al principio fuera el acertado proyecto de la asociación civil Cajeme 20-20 presidida por el ingeniero Guillermo Pineda y su esposa Marina Robinson Bours, para promover la cultura regional entre las clases sociales distintivas del municipio, se realizaron los tres primeros festivales hasta que estuvo a punto de desaparecer, por la mala organización de improvisados empresarios (as) de la cultura locales al tomar su dirección aunado al desinterés de la población por asistir. Fue rescatado de su inminente extinción para encausarlo como Muestra de Teatro por la ex directora de Cultura, Dommy Flores, en el trienio del ex presidente Francisco Villanueva.
Afortunadamente, la licenciada Trinidad Ruiz, como titular de la Dirección de Cultura cajemense le dio un considerable giro al elevarlo del nivel cultural y artístico un tanto regionalista a otro más cosmopolita global, involucrando las tendencias culturales nacionalista de Conaculta, la sonorense del Instituto Sonorense de Cultura, de la Universidad de Sonora y su propuesta de que el Festival Tetabiakte fuera el oficial del Municipio de Cajeme, siendo aceptado por el pasado Cabildo municipal.
La Novena versión, ampliada a diez días de festividades, nada extraordinario ofreció por ser más de lo mismo en los últimos ocho años, mostrando un eclecticismo cultural y artístico musical, dancisitico, folclorista, teatral y étnico de carácter cajemense, sonorense y nacional de México, con una fuerte inversión de diez millones de pesos otorgados por CONACULTA, para el goce del escaso público que asistió a los casi cien eventos presentados en diferentes escenarios en la plaza cívica Álvaro Obregón.
El desfile inaugural, anunciado como asombroso y jamás visto en la ciudad por la participación de universidades, escuelas y grupos locales, resulto ser un magnífico fiasco por la mala organización, la falta de seguridad por el Departamento de Tránsito, el nulo respeto de los impacientes choferes de camiones y automovilistas al casi atropellar a los integrantes de la Banda de Guerra del H. Cuerpo de Bomberos de Cajeme, a los zanqueros de Alejandro Ballesteros y su esposa Lucia, a los niños karatecas, a las bellas bastoneras de la Escuela Normal de Providencia y a la comparsa del Taller de Arte Integral del profesor Julio Hernández y Rosario Urias, el más lucido,
Quienes desfilaron por la avenida Miguel Alemán desde el Teatro del ITSON hasta la calle Galeana, donde lo observé para tomar fotografías y los seguí al doblar por la calle 5 de Febrero (famosa en el mundo por el acto cívico de saludar al revés a la Bandera Nacional durante el desfile de la Revolución Mexicana,) hasta su arribo a la plaza, acompañados por periodista Becker García y su esposa montados en una hermosa motocicleta.
Mientras la Banda de Guerra tocaba su magnífica “Rutina Libre” de toques de clarín y corneta frente al palacio municipal, pude observar una vista panorámica de la sede: El Escenario Tetabukito para los grupos locales; el Escenario Principal para los conciertos de nivel nacional, (junto a la dinámica estructura postmodernista blanca de un supuesto auditorio al aire libre que nadie utiliza como tal); el Corredor Cultural, con exhibiciones de artesanías, pintura y literatura; el Pabellón Étnico, mostrando las culturas Yaqui y Mayo, y el Escenario Joven en el ex Cine Cajeme para la cultura del rock and roll.
Esa noche media fría y de luna llena, fue ideal para saborear burritos de frijoles Yorimuni y exquisito guacabaqui con tortillas sobaqueras de harina en la cocina yaqui de doña Chayito Hernández Osuna, como preámbulo a la ceremonia de inauguración de los festejos con la notable ausencia del Alcalde Rogelio Díaz Brown, mandando a su representante para el discurso inaugural y mensaje sobre el proyecto de cultura de la actual administración, equivocándose dos veces al mencionar a la orquesta sinfónica en vez de Orquesta Filarmónica de Sonora, quienes, bajo la batuta de su directo nos brindaron un magnífico repertorio, concluyéndolo con el “Huapango de Moncayo”, mi segundo himno nacional.
La noche del martes 27 de mes más revolucionario, fue fantástica para la ceremonia de la Conmemoración del 85 Aniversario de la fundación del Municipio de Cajeme en el año de 1927, ante el presidente municipal Rogelio Díaz Brown, quien entregó el “Reconocimiento a la trayectoria del maestro Héctor Martínez Arteche”, mundialmente denominado artista “Gancho” de Ciudad Obregón, y la “Ceremonia de Nombramiento Ciudadano Distinguido”, al ingeniero agrónomo Adalberto Rosas López, el cual, según la crítica fue más bien por su activismo político y resistencia civil impune contra el acueducto el Novillo y al gobernador Guillermo Padrés Elías, que por sus semblanzas en la agricultura subsidiada y contaminadora y su fracaso en las últimas elecciones republicanas que perdió.
Al bajarse todos continuaron los juegos pirotécnicos iluminando espectacularmente el negruzco cielo cajemense: ¡Qué belleza de luces! Y la fantástica actuación de la cantante mexicana Guadalupe Pineda, escuchando de su romántica voz las melodías “Fina Estampa”, “Cuando vuelva a tu lado”, “Gracias a la Vida”, “Yolanda” y “Jacinto Cenobio”, siendo ovacionada por una multitud de unas tres mil personas.
La última noche estuvo admirable con las actuaciones de la soprano Encarnación Vázquez y el tenor José Luis Ordoñez acompañados por el pianista Joseph Olechowski, interpretando “¡Oh Sole Mio!”, “Siboney” y “Júrame”. Terminándola el saxofonista Celso Aguilar y su banda con un magnífico concierto de jazz.
En el Escenario Principal se presentaron 12 conciertos musicales, incluyendo los arriba citados, de arias operísticas por los tenores Christopher Roldán, Castillo y Héctor Acosta al piano; Susana Harp cantó en lenguas indígenas; Pedro Komink, alternativo; Santo Remedio, folclore; La Trouppe y Monedita de Oro, su música versátil; De Descartes a Kant y su junkie punk; Rebel Cats con su rockbilly clásico; la comicidad del payaso Aziz Gual; los grupos Achai y Masocoba con sus bailes folclorista mexicanos ante unas 500 personas que les aplaudieron con entusiasmo.
Junto a la torre del reloj se montó el Escenario Alterno Tetabukito para presentar diferentes artes escénicas de la ciudad con 65 intervenciones en canto, música, danza y teatro guiñol ante unas 250 personas diarias, la mayoría familiares de las participantes, fallándoles a muchas escenografías de más calidad interpretativa porque pareció un maratón de escuelas, academias y grupos de danza. Llamó la atención la intervención de una asociación religiosa con magnífica escenografía de rock cristiano, danzas y coros con rico vestuario.
En el Escenario Joven localizado en el estacionamiento del ex Cine Cajeme, se presentaron cinco bandas “gancho” de Hermosillo y del Distrito Federal en gira por el estado y 16 grupos de rockeros locales ante unos 20 a 30 jóvenes el primer fin de semana. Aumentándose el último día, con la presentación de Juan Cicerol, Adictos Crew, Callejón Colombia, Adefezio y Dakota ante unos 80 jóvenes parados al centro del sitio y rodeado por numerosos automóviles estacionados. Me gustó mucho el rock metal pesado del grupo Alexjet y el alternativo de Vicente Gayo, pero opino que este lugar para la cultura del Rock and Roll no fue propicio, demostrándonos su poca importancia en sociedad conservadora de Cajeme.
En el Corredor Cultural, se mostró el ámbito artesanal bajo carpas blancas de plástico: El juguete tradicional mexicano por Rubén Juárez, pintura por Betty García, Ramón Nájera, Luis Alberto Hinojosa Ríos, Blas López Molina y el fotógrafo Moroyoqui de Huatabampo; videos, venta de libros, poesía en verso libre por Sandra Mortis, escritos en el hombro izquierdo de la bella alamense Meztli Estrada y bisutería urbana por el grupo La Bachia y Paola.
En el Pabellón Étnico se expuso una ramada tradicional, artesanías mayo y yaqui, juego de la Lotería y la exquisita cocina gourmet del Bacatete, muy del gusto del jefe de armas Tetabiate durante sus años de lucha armada contra la colonización mestiza y extranjera a las inmediaciones de sus ex misiones jesuitas y pueblos autónomos de Bácum y Cócorit.
En el auditorio de la Biblioteca Pública, Jesús Corral Ruiz, se programaron seis obras de teatro por compañías locales; en el Centro La Petaca, dos conciertos musicales; en el auditorio de la Universidad La Salle Noroeste, se efectuaron cinco conciertos de arias de ópera, clásica, versátil y una obra de teatro.
En La Ruta de Arte se exhibieron 7 exposiciones, de las cuales, cuatro fueron nuevas: la de Gladis Félix, en la Casona de Cócorit; la Rosa Isabel Vázquez Rascón y Rosa Argelia Mendívil, en la Casa de Adobes; de Jesús Osuna, en el Centro de Culturas Populares e Indígenas y otra en la recién estrenada galería de Ernesto Ceceña Ivich que no vi. El resto fueron integradas al programa como la de Ricardo Escalante, en el restaurante El Bronco; la del vestíbulo de la biblioteca pública; la de Claudia Encinas, en el Centro Histórico de Cajeme, y la del arquitecto Zacarías Páez, en la galería de arte del ITSON.
También hubo muestras de cine que no observé, a Sergio Anaya le cancelaron la presentación de su documental histórico de Cajeme porque los organizadores no se presentaron. Sólo asistí a la conferencia “Memoria Histórica de Cajeme” que no me gustó porque al cronista José Escobar no se le entendió y se enfocó a al box y beisbol por ser del gusto del Alcalde Díaz Brown, sin embargo, Miguel Mexía fue más elocuente con valiosos datos históricos. Antonio Gándara y Sergio Anaya nunca aparecieron y no asistí a la de “Los Yaquis en África”.
Como crítica al Festival Tetabiakte y su futuro al pretender elevarlo a nivel mundial para la atracción del mercado turístico, es primordial promover lo más emblemático de la cultura sonorense y mexicana de nuestro entorno para mayor éxito comercial y beneficio local.
Hay que enfocarlo a la cultura, a la historia y a lo artístico por profesionales y no por improvisados; no cometer el gravísimo error de incluir la religión y la política municipal del PRI por lo controversial de ambas; faltó la magnífica danza del vendado de los hermanos de la tribu Yaqui en disputa por su agua para los agricultores; es necesario elevar el nivel escenográfico de los grupos locales invitándolos a presentar mejores bailables y obras de mayor calidad a lo escolar, faltaron las manifestaciones artísticas sonorenses del Instituto Sonorense de Cultura.
Mejorar su difusión ante la apática sociedad cajemense para crear más público asistente, porque a pesar de la calidad de los participantes, los 10 millones de pesos gastados y la entrada gratuita, los cajemenses no concurrieron.
¡Lástima! Ha de ser porque es libre de cerveza. Las cifras oficiales de 250 o 378 eventos y un público de cien mil personas no concuerdan con la realidad vivida y el programa presentado durante los 10 días de festejos.
Los Zanqueros de Producciones Ballesteros en el desfile del Tetabiakte.
Bellas bastoneras de la Normal de Especialidades de Providencia.
El arribo del director de cultura con su esposa.
Soprano encarnación Vázquez.
Magnífica danza Árabe por bellas bailarinas de la Academia de Arte.
Hermosas bailarinas del grupo Achai.
Pintor Francisco Sepúlveda y sus conchas
La nueva Expresión: Moroyoqui, Alberto Hinojosa y Blas L
Encantadoras Luz Brishel Lauterjo y Danna Rubí Meza Bracamontes.
Artesanía urbana por el grupo de La Bachía de Cajeme.
Lo mejor en danza fue la niña María Luisa Ortega de la Academia de Arte de Cajeme.
Fotografía del arquitecto Francisco Sánchez López. ¡No me las roben!
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Arquitecto, fotógrafo, artista del arte del realismo mágico, ecologista protector de ballenas en el mar de Cortés, escritor, periodista cultural en crónicas y críticas de arte para el suplemento Quehacer Cultural del periódico El Diario del Yaqui de Ciudad Obregón, Sonora, México.
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Architect, photographer, artist of magical realism art, ecologist in the Sea of Corte´s whales protection, cultural journalist in art chronicles and critic s for the supplement Cultural Affairs of El Diario del Yaqui newspaper of Ciudad Obregon, Sonora, Mexico.
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